martes, 30 de octubre de 2007

¿No querías aventuras? Busca piso en Creta.

Cuando planeaba lo que sería mi estancia en Hania, infeliz de mi, pensaba que reservando hotel un par de noches, me daría tiempo a encontrar un pisito que compartir con mis compañeros Erasmus, que sería salir a patearme las calles preguntando a todos y viendo diferentes sitios entre los que me tendría que decidir. Nada más lejos de la cruel realidad que aquí me encontré. Lo de patearme la ciudad es lo único que resulto ser cierto. Y no solo una vez. En España preguntas por pisos de alquiler y todo el mundo conoce a alguien que conoce a alguien. Pero aquí, solo te decían “You must read the newspaper”. Vale ¿Cuál este que está en griego? Si, si. Bien pues antes de buscar piso busquemos un amigo griego que nos traduzca.



Todo esto si quieres salirte del Old Harbour (zona turística), donde a cada 2 metros hay un “Rooms For Rent” habitaciones con cocina y baño y con una dos o incluso tres camas a un módico precio de 300€ de media, electricidad a parte.
Aunque es la mejor zona en la que se puede vivir, céntrica y con unas vistas magnificas:


Demasiado para un Erasmus becado con tan poco dinero como yo. Después de mucho preguntar y pedir que nos señalaran en el periódico los números que debíamos marcar, lo mejor que encontramos fue un estudio para dos cerca de la playa por 180 cada uno, y allí nos metimos.



Cerca de la playa pero algo lejos de todo lo demás, 15 min hasta la parada de autobús.
A la semana de llegar Roberto y yo a Haniá llegaron los refuerzos desde España. Álvaro (Córdoba), Ramón y Juan Carlos (Toledo)


De izquierda a derecha: Ramón, Juan Carlos, Yo, Álvaro y Roberto.

Ellos habían conocido a un español durante el viaje y les puso en contacto con un griego que hablaba perfectamente nuestro idioma, lo cual les facilito la tarea de encontrar un piso en un par de días, no sin antes haberse pateado conmigo el barrio de Halepa literalmente de arriba abajo.
Lo encontraron sí, pero a unos 3 kilómetros del nuestro, lo cual es un verdadero infierno cada vez que queremos quedar en el piso de alguno. La situación actual es ver si sale algo cerquita de ellos para mudarnos y así no hacer a pie el Camino de Santiago todos los días.

jueves, 25 de octubre de 2007

Haciendo memoria (El viaje):

Es difícil recordar, cuando han pasado tantas cosas en tan poco tiempo, pero intentaré hacer un resumen de lo que ha sido este primer mes de aventura.
El viaje, a pesar de ser lo que más incertidumbre me creaba en un principio, resultó ser lo más fácil de lo que he tenido que vivir hasta ahora. El tren llego a su hora, el metro estaba bien señalizado, y la T4, aun siendo enorme no tiene mayor complicación. La facturación de las maletas fue una suerte, me pasaba 12 kilos, que en otras compañías habrían supuesto 90 euros y me dejaron pasarlos sin ninguna pega.



Luego me encontré con Elena, Erasmus que viajaba hacia Tesalónica y con Roberto, que se dirigía como yo a Hania, y que al final terminaría siendo mi compañero de habitación y después de piso.


A la derecha Roberto y a la Izquierda yo. Esta foto nos la hizo Irene, una Italogriega que conocimos en el avión y que después nos hizo el enorme favor de llevarnos hasta la ciudad desde el aeropuerto.


Fue interesante probar ya en el avión la típica comida griega:



Seria difícil para alguien como yo describir la infinidad de sensaciones y sabores que contienen tan excelentes manjares, así que solo diré por encima, que eran: una ensalada sosa, una especie de paté de pescado algo fuerte, un sandwich de no sabría decir qué, y unos dulces algo empalagosos. En definitiva, me lo comí todo.

Llegamos a la ciudad a las 21:00 aproximadamente y compartimos habitación Roberto y yo en el posteriormente famoso Hotel Tina. (merecerá una futura entrada). Salimos a dar un paseo y reconocer el terreno. Habíamos llegado a la otra punta de Europa.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Mas vale tarde que nunca ¿no?

Hola a Todos:





Es difícil empezar a escribir sobre las experiencias de un viaje como este, cuando llevas más de un mes en Tierras extrañas. Pero no toda la culpa ha sido mía. Más de una cosa no es como me la esperaba encontrar en este Erasmus, y una de esas cosas es la conexión a Internet. No querría decir que este es un país "poco desarrollado" pero terminare haciendolo. La única posibilidad que tengo, de momento, para conectarme a Internet con mi portátil es hacerlo en el laboratorio donde estoy haciendo el proyecto, o pelearme por un puesto en la biblioteca de la facultad. De manera que no me exijáis demasiado si veis que no actualizo a diario el blog, aunque intentaré hacerlo siempre que pueda.






De momento subo una foto para que veais que por lo menos el destino es bonito.



Estas son las escaleras que bajan a la cala de aguas cristalinas que se ve al fondo. Está a solo unos 100 metros del TEI (mi facultad), y la descubrí por casualidad dando un paseo uno de los primeros días. No pude resistir bañarme.